Carpe diem quam minimum credula postero.
Esta Navidad ha sido distinta, diferente en un muy buen sentido de la palabra. He aprendido mucho, y cada día me siento más cercana a mi verdadero camino, a ese que cada uno lleva dentro, a ese que síento con fuerza y que siempre quise seguir... un camino de sueños que todo el mundo aleja de ti desde pequeño porque uno debe guiarse por caminos realistas, prácticos en este mundo tangible. Hoy más que nunca siento que solo yo llevo las riendas de mi vida, y eso me hace muy feliz. Gracias al día en que lo decidí mi vida cambió. El entregar amor no tiene precio ni comparación, la sonrisa sincera de un niño es el mejor regalo que he recibido.
Me alegra haber podido ver la lucecita en los ojos de esos niños, esos niños de oncología del Hospital Regional que en un par de minutos me demostraron su sabiduría ante la vida...
esos niños a los que ayudaremos a VIVIR un poco más.
"Aprovecha la oportunidad de seguir tu propio camino, de entregar tu amor, de vivir de verdad... mañana puede que la oportunidad ya no exista".